Por Carolina Genis
Si bien es cierto que las acciones dicen mucho más que las palabras, también es cierto que lo que dices y cómo lo dices puede abrirte o cerrarte muchas más puertas de las que puedas imaginar, sobre todo en las primeras impresiones cuando la gente no conoce por sí misma tus actos.
Ser una persona “sin filtros” parece estar de moda, sin embargo, tus expresiones, los temas de los que hablas e incluso el tono de tu voz puede decir mucho de ti en pocos minutos. Recuerda que por más evolucionados que seamos, el instinto es una característica primitiva que tenemos y todos usamos, aunque sea de manera inconsciente, por eso deberías poner atención a la forma de comunicarte. Dejo aquí algunos puntos que considero importantes:
A menos que tengas mucha confianza con tu interlocutor, te sugiero tratar de no hablar de otras personas, esto a veces es inevitable sobre todo si lo conociste gracias a alguien que tienen en común. Si debes hablar de otras personas porque las circunstancias te llevan a hacerlo, hazlo de la mejor manera, resalta las cualidades de la persona en común, por ejemplo:
“Pablo es un excelente arquitecto, me encanta haber trabajado con él porque siempre nos presenta proyectos increíbles.”
No se trata de mentir, generalmente siempre hay algo positivo que decir de alguien aun cuando no sea nuestra persona favorita. Si haces un comentario negativo de entrada, la persona a la que acabas de conocer podría temer que, si se relaciona contigo, en un futuro la víctima de tus palabras sea él mismo. Es Vox Populi que: Lo que dice Pedro de Juan, dice mucho más de Pedro que de Juan.
Sé concreto, generalmente las primeras pláticas con una persona son un ir y venir de preguntas y respuestas, pero el tiempo es limitado. Sé breve, tu interlocutor sabrá que respetas su tiempo y si todo sale bien, cuando la relación se vaya fortaleciendo, llegará el momento para contar todas esas anécdotas graciosas, recomendaciones o consejos que quieras compartirle.
Cuida tus expresiones al hablar, como mencioné antes, la honestidad no tiene porqué hacerte perder el tacto. Podría, por ejemplo, salir al tema una empresa con la que hayas trabajado antes, si tu opinión no tiene nada de positivo o quieres expresar tu descontento, por favor, NO digas cosas como: “Esa empresa es un asco”. Puedes hablar de tu mala experiencia sin hacer un juicio generalizado severo diciendo algo como: “Lamentablemente tuvimos algunas diferencias, sin embargo, son muy buenos en lo que hacen” o “Me parece que tienen algunas áreas de oportunidad por trabajar, si lo hicieran, podrían llegar a ser los mejores”. Estos últimos ejemplos te hacen ver como una persona honesta pero objetiva, nadie quiere trabajar con alguien que se deje llevar por sus emociones y se enfoca en lo negativo.
La atención es muy importante, mantén el contacto visual con tu interlocutor, esto le hará sentir que le estás interesado en lo que dice y que estás escuchando verdaderamente lo que tiene que decirte. Olvídate del celular durante tu interacción, si es posible, ten en mente lo que podría ser importante y soluciónalo antes de tu reunión o advierte a quien te podría llamar, que estarás ocupado en ese momento y lo buscarás cuando termines. Estoy consciente de que, en la actualidad, al tener todo al “al alcance de tu mano” nos provoca un sentido de urgencia que nos mantiene alerta, pero casi siempre los correos, mensajes y notificaciones pueden esperar al menos un par de horas para ser respondidos. Estoy segura de que podrás resolverlo.
Habla de tus virtudes, pero sin exagerar. Parecer arrogante puede destruir relaciones sin aún haberlas iniciado. Claro que todos queremos estar, trabajar y/o convivir con personas exitosas, pero retomando el inicio de este artículo, tus actos dicen más que mil palabras y lo que queremos es que las personas te den la oportunidad de demostrar lo bueno que puedes llegar a ser. Evita comentarios como: “Siempre soy el mejor en todo lo que hago”, “Me gusta encargarme de todo para asegurarme de que esté bien hecho” (un comentario como este último puede dar la impresión de que no sabes delegar o no confías en tu equipo, si vas por un puesto directivo, definitivamente NO lo hagas).
Tu apariencia comunica, tu postura y tu forma de vestir dicen mucho de ti. Puedes elegir el estilo que quieras, ponerte lo que te gusta y mostrar tu personalidad. Lo importante es que te muestres limpio, despierto y atento. Llegar desaliñado o cansado a una reunión, entrevista o cualquier interacción humana, se nota y da la impresión de falta de interés. No importa tu estilo, sea cual sea, puedes llegar pulcro. Si te desvelaste la noche anterior y estás muy cansado, es valido decir: estuve trabajando hasta muy tarde, pero estoy muy contento de estar aquí.
En el artículo me refiero en su mayoría a primeras impresiones, sin embargo, estos consejos te pueden ayudar en cualquier etapa de una relación. Recuerda que la comunicación efectiva es una habilidad que puedes desarrollar con la práctica, espero que este artículo te sirva para detectar áreas de oportunidad en la forma de comunicarte. De igual manera si las aplicas habitualmente ¡felicidades!, estoy segura de que tienes una excelente forma de relacionarte.