trailrun-4430944_1920

La pandemia no es una carrera de velocidad sino de resistencia

Por Pato Robledo

Ya estamos por entrar a marzo y pareciera increíble que ya tiene un año que estamos en cuarentena. Apenas hace un año nos encerramos en nuestras casas, se acabó el papel de baño en los supermercados, se hicieron despidos masivos de gente, se cancelaron vuelos, cerraron escuelas, surgieron miles de webinars de absolutamente todo lo que te imagines y como humanidad sufrimos la peor incertidumbre de lo que nos esperaba, sin dejar a un lado los cientos de vidas que se han ido a causa de esta pandemia.

Por otro lado, no todo fue malo ya que en gran medida esto sirvió para probar cosas nuevas, tener más tiempo de calidad en familia, ser padres presentes, diversificar los negocios, emprender, reconectar con verdaderos amigos y darnos cuenta de que lo mejor de las cosas está en los pequeños detalles, en lo más simple, en uno mismo. Nos sirvió para darnos cuenta de que hay que saber enfocarnos en lo importante más no en lo urgente.

Pero bueno, el recuento de todo lo que ha sucedido, no se los daré yo ya que nadie mejor que cada uno de nosotros sabemos por todo lo que hemos pasado. Pero aquí la pregunta es: ¿Y ahora qué sigue, realmente he aprovechado este año?

Ya hemos leído y escuchado en todos lados que la pandemia es una oportunidad de reinventarse y efectivamente lo fue, pero ese tren ya salió hace un buen rato por lo que, si no te subiste, ya vas tarde. Sin embargo, regresando al título de este artículo, esta pandemia no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. Con esto me refiero a que son tantos factores negativos los que nos rodean, que difícilmente vemos todo lo positivo y lo que realmente nos permite resistir y salir adelante. Bien lo dijo José Alfredo Jiménez en su canción El Rey; “Que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”.

Si crees que es difícil resistir y que ya no puedes más, es normal. A todos nos pasa y es por esto te invito a que hagas cosas diferentes para obtener resultados diferentes. Te comparto 8 ideas de lo que puedes hacer para resistir:

  • Enfócate en acciones sencillas. Cambia tu mind-set y desde que despiertas por la mañana no tomes tu celular de inmediato, quédate 5 min más recostado y agradece o medita y organiza tu día paso a paso. Actívate, ten claros tus objetivos y no pierdas tiempo.
  • Cambia de rutina e intenta cosas nuevas. Si sales a correr, cambia de ruta, inicia en otro sentido, dale oportunidad a nueva música, podcasts interesantes o al mismo radio. Si haces ejercicio, intenta algo nuevo y no repitas lo mismo de siempre. En el desayuno, comida o cena, pide algo que nunca has pedido, ve a un lugar nuevo.
  • Invierte en ti. Así como llevas el coche al servicio, reinicias el módem para que funcione mejor el internet y sacas a tu perro a caminar, haz algo por ti. Haz una pausa y tómate un respiro ya sea descansando, leyendo, haciendo ejercicio, dándote una escapada de fin de semana con tu pareja o en familia, o bien retomando ese hobby que llevas años sin hacer pero que te encanta. En fin, la lista es interminable, pero esto es algo que nadie más puede hacer por ti.
  • Plantea objetivos a corto plazo. Sin perder la perspectiva o the big picture, determina objetivos a corto plazo que puedas alcanzar y que en conjunto logren sumar hacia la meta a largo plazo en donde realmente quieres estar.
  • Date un break. Disfruta de tus fines de semana y del tiempo de descanso. Nadie puede estar al 100% si nunca se desconecta y no para. Hasta las computadoras necesitan de vez en vez que las apagues para que se puedan terminar de actualizar y cuando las enciendas de nuevo, funcionarán mucho mejor.
  • Think big. Que nadie te pare y siempre apuéstale a lo grande. Hoy en día todos tenemos las mismas oportunidades de participar y de intentarlo. Sé consciente de tus capacidades y de tus limitaciones y siempre busca como sí y cuando no, sé sincero y trabaja en ti para que eventualmente lo logres. Cuidado con los que se suben en un tabique (que a veces ni es suyo) y se marean. No seas uno de esos ya que el mundo da muchas vueltas.
  • Di lo que piensas. Por años hemos dejado pasar oportunidades para decir lo que realmente pensamos, opinar y tal vez evitar momentos incómodos, pero ya no hay tiempo para eso. Opina, comenta, da tu postura, cuestiona y critica constructivamente. Te puedo asegurar que hoy en día todos queremos crecer y tal vez ese comentario tuyo puede ser detonante. Ojo, no se trata de hablar por hablar, pero sí de no quedarse guardadas las cosas.
  • Haz lo que te gusta. Si después de un año sigues haciendo lo que no te gusta, algo no está bien. Entiendo que no puedes renunciar y dejar todo, pero ya ha sido suficiente tiempo para que puedas empezar a crear lo que realmente quieres. Búscate tiempo y hazlo a la par de tu trabajo actual, nadie dijo que fuera fácil.

Si logras esto en ti, así como en tu equipo de trabajo, no sólo vas a crecer tú en lo personal y en lo profesional, sino que de igual forma todo tu equipo y tu negocio (sea tuyo o no) y en cuanto lo logres, te puedo asegurar que la comunicación tanto interna como externa se verá beneficiada exponencialmente ya que será más auténtica y lograrás realmente conectar con tu audiencia.

Y recuerda, así como lo dijo Heráclito “Lo único constante es el cambio”.

Comparte!

Share on facebook
Share on google
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest
Share on print
Share on email